Gestión de la franja costera: un enfoque integrado

Abstract

El término “costa” hace referencia a la interfase entre el aire, la tierra y el mar, o el lugar donde la tierra y el mar se encuentran, una línea en un mapa. Sin embargo, cuando hablamos de la zona costera, debemos considerar la franja de tierra determinada por la influencia marina, junto con la franja marina influida por su proximidad a tierra. En otras palabras, es el área donde los procesos que dependen de la interacción tierra-mar ocurren más intensamente. Es un ecosistema variable, en equilibrio dinámico, formado por elementos de gran productividad como son los humedales o saladares, praderas de fanerógamas marinas o arrecifes. Pero además, son zonas preferentes de asentamientos humanos, explotación de recursos y ubicación de infraestructuras y servicios. La zona costera está compuesta por diferentes sistemas marítimos, terrestres y fluviales, caracterizados por una intensa actividad e interacción entre los procesos, ya sean físicos, biológicos, sociales, culturales o económicos. Esta situación ecotonal lo convierte en un sistema diverso, dinámico y frágil. Cambios en cualquier punto pueden generar reacciones en cadena más allá del punto de origen que pueden alcanzar a la totalidad de los diferentes sistemas, cuyas condiciones ambientales se verán, consecuentemente, alteradas (UNEP/MAP/PAP, 2001).