Participación y gestión de riesgos: limitaciones y soluciones

Abstract

Desde la última década del siglo XX, se ha producido un cambio de paradigma en el modo de gestión de desastres. Se ha pasado de un paradigma tecnocrático que priorizaba las soluciones tecnológicas y la hegemonía de la visión de expertos al nuevo paradigma de la vulnerabilidad. Este nuevo paradigma, impulsado por las convenciones mundiales de Hyogo y Sendai, hace énfasis en la necesidad de implementar metodologías participativas que vehiculen la participación de todos los grupos de interés (stakeholders en inglés) para gestionar la complejidad implícita en la producción del riesgo y que focalice en las actuaciones sobre los grupos más vulnerables. Estas llamadas constantes a la implementación de procesos participativos en la gestión de riesgos que incluyan a todos los grupos de interés se enfrentan a importantes problemas y frenos. Estas dificultades metodológicas y prácticas no son exclusivas de los proyectos de gestión de riesgo. De hecho, la bibliografía especializada en metodologías participativas habla de una fase generalizada de decepción y descontento entre sus practitioners, a la que le ha sucedido en los últimos años una nueva fase revisionista que pretende aprender de pasados errores y mejorar las prácticas de la participación con una mayor atención a sus frenos y dificultades (Reed, 2008: 2418). Las siguientes páginas se inscriben en esa fase reflexiva, siendo el objetivo principal de las mismas, ofrecer al lector una mirada crítica y constructiva de las metodologías participativas para que su inclusión en los planes de gestión de riesgos ambientales sea más productiva.