Bas Amorós, Enric Educar para innovar: la innovación como cultura. Juventud, proactividad, creatividad, participación y visión de futuro compartida Revista de Estudios de Juventud. 2014, 104: 11-30 URI: http://hdl.handle.net/10045/40749 DOI: ISSN: 0211-4364 Abstract: Tenemos en España un déficit cultural grave que afecta a nuestra capacidad innovadora y, por tanto, a la capacidad productiva y la competitividad de nuestro capital humano y nuestras empresas e instituciones; en consecuencia, también a nuestras posibilidades como país. El futuro de los jóvenes españoles –en el contexto actual– pasa inexorablemente por una reforma estructural profunda basada en el diseño de un sistema educativo. Y este sistema educativo ha de estar integrado en un sistema nacional de innovación que sirva de framework, de marco de referencia, para la toma de decisiones en el corto, medio y largo plazo. Este sistema educativo ha de ser el epicentro de la recuperación del país, y ha de estar totalmente volcado en maximizar el potencial competitivo de los jóvenes, generando una cultura de la innovación –inexistente hoy día– que tenga sus raíces en las edades más tempranas y un desarrollo completo en la educación superior. Una cultura de la innovación que imprima un nuevo sistema de valores en los jóvenes basado en una ética del trabajo fundamentada en el esfuerzo, la corresponsabilidad, la proactividad, la colaboración, la creatividad, la capacidad empática y la participación activa. Para fomentar la generación de una verdadera cultura de la innovación en los jóvenes, la educación superior española habría de cumplir –al menos– cinco condiciones, que a su vez están interconectadas: pragmatismo (que el diseño curricular este centrado en la resolución practica de problemas y no en una ideología), contextualización (que este fundamentado en las necesidades del entorno socioeconómico y conectado a él de forma activa y no sólo simbólica), sostenibilidad (que este diseñado para sobrevivir a los coyunturales cambios políticos), visión global (que esté atento, conectado e integrado a experiencias y centros de excelencia internacionales) y visión estratégica (que tenga unos objetivos claros y concretos en el largo plazo, anclados en una visión de futuro compartida –consensuada– por la comunidad). Existen experiencias que pueden servir de referente (aquí mencionamos el caso finlandés): construir una cultura de la innovación puede llevar una generación (15 años hasta que se empiecen a ver efectos) y pasa indefectiblemente por que el diseño de sistema educativo y sistema de innovación estén integrados y tengan un fuerte apoyo de la sociedad civil. Pero para eso es necesario desarrollar mecanismos y espacios de participación que permitan un mejor aprovechamiento de nuestro capital humano y potenciar una serie de skills –habilidades– tanto a nivel individual como organizacional, entre los que podría estar los 10 que aquí se proponen. Spain has a serious cultural deficit which affects our innovative capacity and, therefore, our productive capacity and the competitiveness of our human capital and our enterprises and institutions; and ultimately, our possibilities as a country too. The future of Spanish young people –in the present-day context– must necessarily include a deep structural reform based on the design of an educational system. And this educational system needs to be integrated into a national innovation system which can serve as a framework for decision-making in the short, medium, and long term. This educational system must become the epicentre for the country’s recovery and has to be completely focused on maximising the competitive potential of young people, generating an innovation culture –non-existent to date– which has its roots in the earliest ages and a complete development in higher education. An innovation culture which can instil a new system of values into youngsters underpinned by a work ethics based on effort, co-responsibility, proactivity, collaboration, creativity, empathetic capacity and active participation. If it really seeks to generate a true innovation culture among young people, Spanish higher education should meet –at least– five conditions which are in turn interconnected: pragmatism (i.e. the curriculum design must be focused on the practical resolution of problems and not on an ideology); contextualisation (it needs to be based on the needs of the socio-economic environment and connected to it actively, and not only symbolically); sustainability (it has to be designed so that it can survive transitory political changes); an overall vision (it must pay attention and remain connected and integrated into international experiences and excellence centres) and a strategic vision (it needs to have clear and specific long-term aims, anchored in a shared vision about the future –on which the community has reached a consensus). Some experiences can serve as a reference (the Finnish case is mentioned here): building an innovation culture may take one generation (15 years until the effects start to be seen) and must inevitably include achieving not only an integration between the educational system and the innovation system but also a strong support for that integration from civil society. However, that requires the development of mechanisms and participation spaces which make possible a better use of our human capital and the improvement of several skills both individually and on an organisational level, among which could be the 10 skills proposed in the present paper. Keywords:Cultura de la innovación, Proactividad, Emprendizaje, Juventud, Creatividad, Prospectiva participativa, Ecosistemas de innovación abierta, Innovation culture, Proactivity, Entrepreneurship, Youth, Creativity, Participatory foresight, Open innovation ecosystems Instituto de la Juventud (INJUVE) info:eu-repo/semantics/article