Bunkers of the Spanish War: From the Rearguard to the Technical Culture of the Inter-War Period. The Case of Clot de Galvany

Abstract

During the Spanish Civil War (1936-39) the Second Republic ordered to build, from the end of 1937, a series of military structures to protect the cities located on the Mediterranean coast from a hypothetical landing or air incursions of the national side. This set of defenses was organized in two lines: coastal and antiaircraft detachments on top of hills and bunkers on the coast. In this work we proceed to the drawing of the bunker CG-bk04.elc, located in Clot de Galvany (Elche), 8 km south of Alicante, next to Carabassí beach, whose shape and dimensions are relevant enough, and its state of repair is quite good. This bunker is part of a larger group with a total of ten bunkers (of which eight still stand) that tried to prevent the advance of the enemy. The exterior drawing has been done by photogrammetry and the interior one manually, due to the small dimensions of its spaces. This work is included in a larger plan to document all these defences that are part of our technical and material legacy, as real ruins of the first modern concrete architecture, since the original designs of these bunkers were lost at the end of the conflict and nothing remains in the Army archives about them.

Durante la guerra civil española (1936-39) la II República ordenó construir, a partir de finales de 1937, una serie de destacamentos militares para proteger las ciudades sitas sobre el mediterráneo ante las incursiones aéreas del bando nacional o ante un hipotético desembarco. Esta serie de defensas se organizaba en dos líneas: baterías de costa y antiaéreas en lo alto de colinas y búnkeres a ras de costa. En el presente trabajo se procede al levantamiento del búnker CG-bk04.elc, enclavado en el paraje del Clot de Galvany (Elche), a 8 km al sur de Alicante, junto a la playa del Carabassí, y cuya forma y dimensiones son relevantes y su estado de conservación es bastante bueno. Este búnker forma parte de un conjunto mayor con un total de diez búnkeres en red (de los que se conservan ocho) que trataban de impedir el avance del enemigo. El alzamiento se realiza por fotogrametría al exterior y de modo autógrafo al interior, dadas las escasas dimensiones de sus espacios. Dicho trabajo se incluye dentro de un plan para documentar todas estas defensas que forman parte del legado técnico y material a mitad de siglo XX, como ruinas de la primera arquitectura moderna de hormigón, ya que los planos originales de estos búnkeres se perdieron al finalizar el conflicto y nada resta en los archivos del Ejército de estos proyectos.