Finestra endins i enfora: sobre algunes protagonistes de Montserrat Roig

Abstract

De la escritora y periodista Montserrat Roig se ha dicho que su obra excava capas de silencio que esconden historias nunca escritas. Profundamente arraigada en la ciudad de Barcelona, dibuja personajes femeninos que también sienten por la ciudad una gran atracción, y que establecen con ella una relación conflictiva; conflictiva porque les es vedada. Este ensayo analiza formas de interacción entre las tres generaciones de mujeres protagonistas de la novela Ramona, adiós (1972) y los espacios que habitan. En particular se centra en el proceso de identificación de sus tres protagonistas con las calles de la ciudad, que se intensifica a medida que nos acercamos a la más joven. Mundeta Jover, a principios de siglo XX, vive recluida en el interior de su piso del Ensanche, y ejerce su particular forma de subversión –la única que le permiten– a través de su diario; Mundeta Ventura recorre Barcelona en tiempos de guerra, pero es vencida, también, por la moral represora del franquismo. No es hasta la década de los sesenta y setenta, dentro de una sociedad en proceso de cambio hacia la democracia y hacia un nuevo sistema de valores, cuando hallamos en Mundeta Claret lo que Deborah Parsons denomina una versión alternativa del flâneur, una metáfora –precaria, todavía– de la paseante y observadora urbana. El ensayo argumenta que la rebelión de Mundeta, aunque dolorosa, rompe el círculo genealógico que confinaba a las mujeres de la familia al hogar, y representa el primer paso hacia el proceso de emancipación que completarán sus protagonistas posteriores.

Critics have pointed out Montserrat Roig’s tendency to excavate, through layers of silence, concealed stories that have never been written. Deeply attached to the city of Barcelona, she depicts female characters that also feel strongly attracted to the city, with which they have a conflictive relationship —conflictive because, for them, it is forbidden. This paper analyzes the ways in which the three generations of women in Ramona, adéu (1972) perceive and respond to the space they inhabit. In particular, it focuses on their gradual process of identification with the streets of the city, which gets more vivid when the novel centers on the youngest one. Mundeta Jover, at the beginnings of the 20th century, lives confined in her flat at the Eixample, and exerts her particular way of subversion —the only one she is allowed— through her diary; Mundeta Ventura walks across Barcelona during the war but she is defeated, too, by Franco’s repressive morality. It is not until the sixties and seventies, when the Spanish society starts its way towards democracy and new moral values, that we find in Mundeta Claret what Deborah Parsons calls an alternative, albeit precarious, version of Baudelaire’s flâneur. I will argue that Mundeta’s rebellion, no matter how painful it may be, breaks the genealogical circle of the novel that confines women to their homes, and represents the first step in the process of emancipation that other female characters will complete in Roig’s later novels.